Durante los trabajos de restauración del órgano se produjo un desprendimiento de uno de los nervios de la bóveda en la Parroquia de San Andrés. Esto generó no solo un daño cuantioso a la parte restaurada del órgano sino que también hizo sacar a la luz unas irregularidades estructurales hasta entonces desconocidas.
Tras una exhaustiva valoración, se ha mantenido la iglesia cerrada al culto y los trabajos de rehabilitación de la cubierta y bóvedas se están llevando a cabo a día de hoy.